DAL NS. AGENTE ALL'AVANA


 

Los actuales avatares de la mafia terrorista de Miami

 

La reciente votación del Senado norteamericano a favor del levantamiento de las restricciones de viajes de estadounidenses a Cuba, 59 votos contra 36, representa la continuación de un proceso iniciado desde hace un tiempo y que tuvo como antesala inmediata la similar iniciativa en este sentido aprobada en la Cámara de  Representantes hace cerca de un mes. No es, desde luego, un fenómeno aislado, sino la toma de conciencia  por parte de diversos sectores de EE UU sobre el carácter anacrónico de esta medida, a la par que implica, en sí misma, el secuestro de la libre voluntad y derecho de los norteamericanos de viajar a donde les plazca.

Este hecho, desde luego, generó enconadas y diversas reacciones en el panorama político de la nación norteamericana: por un lado, conmocionó a la mafia terrorista de Miami y creó, a la vez, diversas expectativas dentro de los grupos que apoyan la eliminación del bloqueo contra Cuba o a los que ven, con cierta simpatía,  la posibilidad de una distensión en las relaciones de Estados Unidos con la Isla. La actual administración norteamericana, comprometida hasta la médula con la mafia terrorista de Miami y vieja deudora de la misma, a la par que necesitada de su apoyo electoral para las próximas presidenciales, reaccionó amenazando con vetar tal iniciativa. El propio Bush declaró de inmediato su disposición a impedir cualquier flujo de financiamiento hacia la Isla, argumentando insidiosamente que esos viajes sólo benefician al gobierno cubano. Siguiendo esa dirección y apenas se conoció el resultado de la votación, Roger Noriega, actual Subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, declaró: ”El Presidente ha comunicado a través de sus asesores al Congreso que va a vetar cualquier iniciativa para suavizar la política de Estados Unidos y hacer concesiones unilaterales a la dictadura de Fidel Castro.”

Con independencia que esta iniciativa representa un claro mensaje para la actual administración sobre la inconsistencia de su política hacia Cuba,  la enmienda aprobada corre el riesgo de un destino incierto, es decir, quedar fuera de la ley. Dos hechos la ponen en peligro: por una lado, el dominio de los republicanos en el Congreso y, por otro lado, la amenaza del veto presidencial. Desde el punto de vista formal, el Congreso puede anular el veto presidencial mediante dos tercios de los votos de sus integrantes, cosa imposible dada la supremacía republicana en el mismo y la disposición de maniobrar tras bambalinas para eliminar a dicha enmienda. Dentro de este contexto,  llama la atención la actual disposición de la mafia cubano americana a mantener un perfil bajo. Quedaron atrás los virulentos ataques contra la Casa Blanca por “no cumplir sus promesas electorales”, así como el chantaje  esgrimido por sus principales personeros con respecto a negarle apoyo a Bush en los comicios del 2004.

Los mafiosos de la Florida parecen haber llegado a un acuerdo con la Casa Blanca mediante el cual cesarían sus ataques a la administración, pensarían mejor la cuestión de negarle el apoyo electoral, a cambio de que Bush apretara las clavijas a Cuba. Este entuerto parece haberse cocinado en los encuentros sostenidos por representantes de la mafia con Roger Noriega, Otto Reich y otros personeros del gobierno realizados en los últimos meses y luego de la crisis de julio pasado, momento en que se agriaron las relaciones carnales entre la mafia y sus amos como consecuencia de la devolución de varios secuestradores de una embarcación cubana.

Aún están presentes en nuestra memoria las amenazas de Jorge Mas Santos, presidente de la FNCA, cuando sentenció: “Esto les va a costar”. Junto a esta amenaza, estaba el chantaje: “Ellos no pueden contar con el respaldo de nuestra comunidad si no cumplen con sus promesas”. Estaba claro que “el Niño” amenazaba y chantajeaba descaradamente a sus amos y patrocinadores. Junto a las abiertas amenazas, se dieron reacciones histéricas de Ninoska Pérez Castellón y hasta la teatral renuncia de José Basulto a las filas del Partido Republicano. En fin, la mafia ¾que no perdona¾, le metió miedo al presidente y éste, consciente de la necesidad imperiosa de los votos de la Florida, cedió. Sin embargo, todo este manejo, repito, se dio a puertas cerradas y mediante un intercambio de promesas.

Como resultado de estos acuerdos, la administración Bush volvió a capitanear los ataques contra Cuba y estos alcanzaron su colofón en el conjunto de medidas anticubanas anunciadas por Bush el pasado 10 de octubre.

Los mismos personajes de la mafia que salieron a rechazar abiertamente las votaciones a favor de  levantar las restricciones a los viajes de estadounidenses a Cuba el pasado 24 de octubre, fueron las que aplaudieron las medidas anunciadas por Bush.

Jorge Mas santos declaró que era “inmoral”  el argumento usado por los promotores de la enmienda aprobada en el Senado y en la Cámara, mientras otro de los camajanes de la FNCA, Omar López Montenegro, autoproclamado director para los Derechos Humanos dentro de la cloaca dirigida por el “Niño”, se apresuraba a decir que “era inmoral que se hable de libertad de los estadounidenses para que vayan a la Isla”. El capitán “cebollita” repitió lo que dijo su jefe sin que le faltara una coma.

Por su parte, Ninoska, en un alarde de histerismo teatral rayano en la pirueta, lamentó la votación del Senado y que éste optara por defender “a una dictadura”.

No faltó, por supuesto, la aparición en escena de Lincoln Díaz Balart, quien criticó a los “intereses que están luchando por abrirle los dólares a Castro” sin importarles una supuesta violación de derechos humanos en Cuba y  el insostenible argumento de que Cuba es un peligro para los Estados Unidos. Como ya dije anteriormente, estas mismas voces, comprometidas en el acuerdo de no agresión establecido con la Casa Blanca, fueron las primeras en aplaudir las medidas anunciadas por Bush días antes, el 10 de octubre. En esta oportunidad, la propia Ninoska declaró: “Nos sentimos satisfechos por el anuncio realizado por el presidente Bush, quien se comprometió a hacer cumplir estrictamente las leyes del embargo con respecto a Cuba. Eso es lo que estamos pidiendo”.

Jorge Mas Canosa exclamó satisfecho en esa ocasión: “Cada medida a favor de Cuba es bienvenida”.

Como puede apreciarse, todo en Miami anda aparentemente sobre ruedas para la mafia luego de su  frágil y obligada reconciliación con la Casa Blanca. Sólo queda esperar por saber hasta cuando duran estas relaciones carnales y viciadas entre amos y tracatanes. Las promesas a atacar a Cuba por todos los medios disponibles despertaron esperanzas en la mafia y durarán hasta que comprueben que, como otras tantas están destinadas al fracaso por cuanto no amedrentan ni asustan a ningún cubano en la Isla.

¡Que les dure, pues, este viejo y oportunista romance! La historia dirá la última palabra.


 

 

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