Camajanes europeos se confabulan para atacar a Cuba
Para los
conocedores del antiguo refrán cuyo contenido reza: “Dios los hace y el Diablo
los junta”, no ha resultado sorprendente que, paralelamente a los ataques
oficialistas de algunos países de la Unión Europea contra Cuba, varios
personajillos de la antigua y autotitulado disidencia de naciones ex
socialistas del Viejo Continente, se hayan confabulado para organizar también
una campaña anticubana, cuyos métodos, formas y objetivos no difieren en nada
del discurso político ideológico mantenido por Estados Unidos en ese sentido.
El pasado 18 de
septiembre, siguiendo un proceso iniciado y manipulado desde las oficinas de la
Casa Blanca, el Palacio de la Moncloa y otras sedes gubernamentales ubicadas en
Italia, Polonia, República Checa, etc., un variado grupo de representantes de
las fuerzas antisocialistas y de la contrarrevolución en Europa, se lanzaron a
crear en Praga el autoproclamado Comité Internacional para la Democracia en
Cuba.
De inmediato se
movilizaron todos aquellos que de alguna manera no aceptan la existencia de un
bastión del socialismo en Cuba y guardan en sus entrañas un viejo odio hacia
aquel régimen político, instalado alguna vez en sus países. Connotados
opositores al socialismo, oportunistas de toda laya, ultraderechistas y
conservadores, reconocidos servidores del imperialismo, intolerantes mediocres
y, por supuesto, muchos acostumbrados a recibir dinero a cambio de la traición
política, se aglutinaron apresuradamente dentro de este engendro. No resultó
extraño, pues, que antiguos servidores de la contrarrevolución y probados
camajanes de las antiguas naciones socialistas de Europa vocinglaran su
adhesión. Jacek Kuron (Polonia); Alexander Soljenitzyn y Serguei Kovaliev
(Rusia); Miroslav Kusi, Martin Simecka y Jan Langos (Eslovaquia), así como
Michel Horacek, Martin Benda, Rudolf Batek, Ladislav Lis y Tomas Pstross
(República Checa), se apresuraran a ofrecer “su experiencia” para contribuir a
derrocar a la Revolución Cubana. Junto a ellos se agruparon otras fuerzas de
derecha, representadas en los parlamentos europeos por partidos políticos de
probado conservadurismo y alianza con el imperialismo.
Dentro de este
grupo descollaron varios ex gobernantes de naciones europeas, otrora connotados
opositores al socialismo, como lo son los casos de los ex presidentes Václav
Havel (República Checa), Lech Walesa (Polonia) y Arpad Goncz (Hungría), así como
ex primeros ministros como Philip Dimitrov (Bulgaria) y Mart Laar (Estonia). No
resulta extraño el liderato de estos señores dentro del CIDC, cuando se conocen
de antemano sus posiciones anticubanas desde hace mucho tiempo.
¿Quién no recuerda
las declaraciones de Mart Laar en la Casa Bacardí durante su visita a Miami en
agosto del 2002, en ocasión de un encuentro organizado por el Instituto de
Estudios Cubanos y Cubano Americanos de la Universidad de esa urbe, cuando ante
un auditorio de mafiosos y terroristas de origen cubano expresó su disposición a
apoyar con toda su experiencia el proceso de “liberación” de Cuba? En esa
oportunidad se entrevistó con diversos grupos contrarrevolucionarios, radicados
en la Florida, así como con servidores del imperialismo y quinta columnistas
dentro de la Isla por vía telefónica.
Al
referirse al gobierno cubano, este viejo servidor del imperialismo se atrevió a
decir: “Tienen miedo, y si tienen miedo es porque saben que van a caer. Ya es
hora de que se acabe el socialismo en Cuba”. O este señor es muy tonto o no
conoce a los cubanos. Le bastaría conocer los más de cuarenta años de
resistencia contra los ataques terroristas, el bloqueo más criminal, a todo tipo
de agresiones, incluida la promoción del aislamiento político a nivel
internacional, para entender que a los cubanos no los asusta ni los amedrenta
nada.
Los mismos
discursos y frases de equivocada premonición han usado Lech Walesa, Arpad Goncz
y Václav Havel en diversas oportunidades. Sin embargo, rompieron la lata en un
artículo de reciente publicación en varios periódicos europeos, caracterizado
por estar lleno de calumnias y falsas apreciaciones sobre Cuba. En el mismo
retomaron, las a su vez erróneas palabras de Bush y su socitos negros, Colin
Powell y Condoleeza Rice, y declararon que el gobierno cubano “se está quedando
sin aire como ocurrió con los regímenes comunistas de Europa del Este”. Para
ellos, “los tiempos cambian, la revolución y sus dirigentes envejecen y el
régimen está nervioso”.
Pobres señores estos, desconocedores del hecho de que los pulmones de la
Revolución son los suficientemente jóvenes y no hay nerviosismo en nosotros.
El CIDC como
instrumento de la política anticubana de los enemigos de la Revolución.
1) Si se analiza
la composición y vínculos del CIDC con otras fuerzas políticas, salta a la
vista con toda claridad su papel contrarrevolucionario y su supeditación al
discurso político ideológico del imperialismo yanqui y la ultraderecha europea.
Además del
conglomerado de personajes ya mencionados, resaltan dentro del mismo la ex
Secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright, vieja enemiga de la
revolución Cubana, quien a todas luces parece ser la coordinadora de los
vínculos de este engendro y la actual administración yanqui, particularmente con
el Departamento de Estado.
También aparecen
en la lista el ex Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Markus Meckel,
la parlamentaria sueca Cecilia Malmstrom, la viuda del disidente ruso Andrés
Sajarov, y el actual jefe del Comité de relaciones Exteriores del parlamento
eslovaco, Milan Fiegle. No podían faltar, por supuesto, en el intento por darle
un carácter más internacional, dos oportunistas latinoamericanos, probados y
reincidentes enemigos de Cuba como el mexicano Enrique Krauze y el peruano Mario
Vargas Llosa.
Los vínculos del CIDC con organizaciones anticubanas europeas al servicio de las
causas más oscuras y controversiales como Reporteros sin Frontera, radicada en
París, y People in Need, radicada en Praga y quien brindó sus oficinas para su
sede, así como el FAES español, colocan a este engendro como una más de las
organizaciones encargadas de internacionalizar las campañas anticubanas
promocionadas por la Casa Blanca y sus acólitos.
El propio José María Aznar, actual Primer Ministro español y declarado
contrarrevolucionario, encargado de capitanear la causa anticubana en Europa,
mantiene vínculos estrechos con el CIDC e hizo recientes declaraciones de apoyo
al mismo durante su visita a Miami el mes pasado.
Por supuesto, no se
excluyen los vínculos carnales de este nuevo grupo con los representantes de la
mafia de Miami, con los que se reúnen sistemáticamente, así como con miembros de
la quinta columna contrarrevolucionaria radicada en la Isla, la que es
sobredimensionada y apoyada por ellos de forma abierta y descarada.
No cabe
duda, pues, que la aparición del CIDC encaja dentro del propósito de crear una
Internacional encargada de desarrollar no sólo una agresiva campaña ideológica
contra Cuba, sino también de promover la caída de la Revolución por todas las
vías y formas posibles.
2) El propio CIDC
ha dejado en claro cuáles son sus objetivos con respecto a Cuba:
● Crear un Fondo
para la Democracia en Cuba:
De acuerdo con este
objetivo, que no difiere en nada del amplio presupuesto de 7 millones de dólares
proclamado por Bush para el año 2004 y destinado para financiar a la
contrarrevolución interna en Cuba, el CIDC pretende reunir diversas cantidades
de dinero para mantener a sus asalariados dentro de la Isla, comprar sus
conciencias y fomentar sus actividades quinta columnistas. Con esas grandes
sumas de dinero se crearan las condiciones para la obtención de soportes
materiales para la actividad de las supuestas bibliotecas independientes, los
autoproclamados periodistas “independientes” y toda la calaña de vividores y
camajanes que hacen del negocio de la contrarrevolución una forma de vivir sin
sudar.
Mediante este fondo
se pretende sostener la guerra ideológica anticubana, recurriendo a la difusión
dentro y fuera de Cuba de todo tipo de propaganda provocadora y encaminada a
falsear los objetivos y logros de la Revolución, así como entorpecer los
programas que actualmente se llevan a cabo dentro de la Isla y promover la
indisciplina social.
Este dinero, por
supuesto, estará encaminado a sostener campañas encaminadas a falsear la esencia
de la actividades de los grupúsculos contrarrevolucionarios, sobredimensionando
su papel dentro de la Isla, así como vendiéndolos a la opinión pública
internacional como luchadores por la libertad, presos de conciencia, etc.,
cuando en realidad no son más que oportunistas capaces de venderse al mejor
postor a cambio de dinero, viajes y otro beneficios. En tal sentido, se han
encargado de dimensionar al cacareado Proyecto Varela y a la figura de Oswaldo
Payá como opciones supuestamente democráticas y a las que, en realidad, son
desaprobadas por la mayoría de los cubanos en la Isla.
● Establecer
diversos mecanismos de presión sobre el gobierno cubano en la arena
internacional, mediante el empleo de campañas de todo tipo, tales como labores
de lobby dentro de los parlamentos de los países de la Unión Europea y de
Latinoamericana, imitando a sus congéneres de la FNCA, así como alentando
actividades provocadoras frente a las embajadas de Cuba como las que se montan
hoy en París y Praga por grupúsculos anticubanos como Reporteros sin Fronteras y
People in Need, respectivamente.
● Recurriendo a
similar estrategia que la contenida en las medidas anunciadas por George W. Bush
el pasado 10 de octubre —lo que prueba no sólo la coincidencia de métodos, sino
la subordinación del CIDC a la política anticubana de la Casa Blanca—, se han
propuesto arreciar la guerra ideológica mediante el empleo de emisiones radiales
contra Cuba. Si el presidente norteamericano prometió aumentar los esfuerzos
para hacer efectivas las transmisiones hacia Cuba de Radio y TV Martí, el CIDC
promueve la creación de un programa que se transmitirá a Cuca, por onda corta, a
través de Radio Praga, Radio Exterior de España o Radio Nederland. Por supuesto,
el contenido de las emisiones radiales serán los mismos en ambos casos y nadie
duda que su objetivo sean alentar a la contrarrevolución en Cuba y que pudieran
aparecer voces tan detestables como las Armando Pérez Roura, Agustín Camargo o
Ninoska Pérez Castellón.
● Imitando a sus
congéneres de Miami o del FAES español, promulgan la organización de seminarios
sobre la situación en Cuba, así como a atacar las inversiones en Cuba por parte
de compañías extranjeras y a desestimular el creciente flujo de turistas a la
Isla. Todo este esfuerzo, está claro, es encaminado a promover el ahogo
económico de la Revolución como complemento al criminal bloqueo que se aplica
contra los cubanos.
Todos estos
objetivos, escalones subordinados al objetivo supremo de acabar con la
Revolución Cubana, se insertan dentro de la actual campaña anticubana promovida
por Estados Unidos y la mafia terrorista de Miami. El CIDC, sin lugar a dudas,
se ha convertido en otro engranaje más de este complejo andamiaje
contrarrevolucionario, destinado al fracaso.
Cuba resiste y seguirá resistiendo a pesar de todo. De eso no tengo la menor
duda. Cuenta también con la solidaridad de millones de amigos en todo el mundo,
los que estoy seguro nunca la abandonarán.
Esta verdad debiera
saberla el señor Carlos González, uno de los promotores de la actual campaña
anticubana del CIDC y de People in Need, y se la haremos saber mediante mensajes
de apoyo a Cuba a su propia dirección:
Carlos González
Sokolka 18, Praga 4, 120 00, República Checa.
carlos.gonzalez@pinf.cz
Nosotros, sin lugar
a dudas, tenemos la última palabra. No hay miedo, señores, se los aseguro.