OSCAR FLAMMINI

 

UN SINDACALISTA ARGENTINO

 

 

 

 

LOS GOBIERNOS Y PUEBLOS DE AMÉRICA DEBEN RESPONDER UNIDOS Y ENÉRGICAMENTE

 

 

Colombia ¿ La Israel de América del Sur?

 

Así como el Estado de Israel es la punta de lanza del imperialismo en Medio Oriente para asegurar el predominio en esa región rica en petróleo, pareciera que el mismo papel se le está asignando en América del  Sur al Estado Colombiano. Es evidente que EE.UU.  se está planteando una activa estrategia para recuperar el control hegemónico en lo que considera su “patio trasero” y las inmensas riquezas energéticas, minerales, acuíferas, alimenticias que esta región alberga.

 

El acuerdo colombiano- estadounidense y las mentiras de Uribe

 

Luego de que el gobierno ecuatoriano hiciera publico la no renovación del permiso para la permanencia en su territorio de la base de Manta, el imperio inició conversaciones secretas con el gobierno colombiano que preside ese nefasto personaje vinculado al narcotráfico, Álvaro  Uribe (gobierno que recibe desde hace tiempo, la “ayuda” económica mas importante en América y segunda en el mundo, otorgada por el imperio).

Tras varias rondas de conversaciones, culminó con el acuerdo colombiano estadounidense para el uso de 7 bases aéreas y marítimas en Colombia, por parte de EE.UU. (vale aclarar que en principio el pentágono tenía como objetivo el uso de 2 bases pero Uribe ofreció 5 mas).

Este personaje que hace pocos días recorrió varios países de América, entre ellos la Argentina, “explicando” los alcances de los acuerdos, utilizó como es costumbre en él, el engaño y la mentira (todos sus argumentos y justificaciones son una verdadera falacia) 

1-    Aseguró que no son bases norteamericanas sino que en realidad el mando seguía siendo de los colombianos (lo que suscitó la ironía de nuestra Presidenta que le manifestó que era increíble que un coronel Fernández pudiera darle órdenes a un coronel Johnson)

2-    Que esta presencia yanqui en suelo colombiano era una ayuda para la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico (resulta increíble que el país de mayor consumo de drogas en el mundo y un gobierno vinculado al narcotráfico sean los custodios de este flagelo, es como poner al zorro a cuidar las gallinas).

3-    Que las fuerzas norteamericanas solo actuarán en territorio colombiano (Para muestra solo un botón: cuando aún este acuerdo ni existía militares colombianos y estadounidenses violaron la soberanía territorial ecuatoriana)

 

Justa preocupación de los vecinos de Colombia

 

Los países vecinos temen, con razón, la capacidad operativa de EE.UU. fuera de Colombia. Los recelos de los vecinos, que no se reducen a los reclamos de Venezuela, sino que preocupan a Ecuador y al propio Brasil (todos presumen la previsible “extraterritorialidad” de la intervención estadounidense tanto desde el punto de vista operativo, como de inteligencia), se fundan en hechos objetivos, por ejemplo: la aseveración de que los militares norteamericanos solo operarán en el interior de Colombia, no se compadece con la ubicación prevista en las bases, de aviones AWACS los que pueden sobrevolar varios países del continente sin ser detectados por radares; tampoco es casual que haya una inversión millonaria para acondicionar la base de Palanquero para el uso de los C17 gigantes destinados al transporte masivo de tropas.

El otro hecho preocupante es la inmunidad de la que gozará el personal civil y militar de EE.UU. que se equipara en este acuerdo al de una Embajada (la experiencia en la base de Manta en Ecuador, fue que se registraron 300 delitos entre robos, asesinatos y  violaciones cometidos por el personal de EE.UU. allí acantonados).

A todo lo expuesto hay que agregar que esta avanzada militar va acompañada con la nueva ofensiva “diplomática” hacia el Sur del continente confiada a la Sra. Hillary Clinton que sigue manteniendo a todos los “virreyes de EE.UU.” en América Latina que designó el asesino Bush (todos ellos fundamentalistas de la “guerra preventiva”). Tal vez a muchos pueda no gustarle y otros tantos cierren los ojos para eludir la realidad, pero en verdad tal como dijo el presidente Chavez: “soplan vientos de guerra en nuestro continente”  y sin duda no por nuestra responsabilidad.

 

No confundir “causas” con “motivos”.

 

Las “causas” de las guerras han sido siempre la disputa por el reparto del mundo entre las grandes potencias, en ellas subyacen el interés por el poder económico político y militar. Los “motivos” son si se quiere la justificación o el hecho circunstancial que las dispara (las armas de destrucción masiva en Irak, jamás encontradas; la búsqueda de Been Laden en Afganistán, etc..etc..) como dijo Eduardo Galeano: “si en vez de petróleo en Irak se cultivaban rabanitos seguramente no hubiese sido importante invadirlo.

Por lo tanto sería un grueso error de nuestra parte hacernos ilusiones o confiar en la ayuda divina. En América del Sur hay riquezas vitales que el imperialismo no va a renunciar voluntariamente a apropiarse de ellas, esa es la lógica del imperialismo, sino no sería imperialismo. No debemos olvidar que vivimos en tiempos de crisis energética, alimenticia, ecológica, financiera y económica, y seguramente quienes tienen la fuerza y siempre han hecho uso de ella no serán quienes paguen la crisis primero, ni en forma igualitaria; así que de su parte sabemos desde ya cuales van a ser sus intensiones y las llevarán a cabo sin dudas por las “buenas o por las otras” (diplomacia, simpatías, engaños, presiones, desestabilización de gobiernos no sumisos, fuerza, etc..)  Honduras es una prueba.

 

Nosotros ¿Qué deberíamos hacer?

 

El 28 de Agosto se reúne  el UNASUR en Bariloche a propuesta de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente Correa de Ecuador. Es necesario que los gobiernos y los pueblos de América del Sur tengamos una actitud firme y unida, sino afrontamos el problema desde el principio y decididamente, mas tarde o mas temprano lo vamos a tener que afrontar. La experiencia enseña que los problemas que no se abordan a tiempo a posterior son mas dolorosos y costosos para los pueblos, es necesario equilibrio y diplomacia, pero también unidad, voluntad, decisión y dignidad.

 

Si los dejamos avanzar nos esperan días difíciles para nuestro continente.

 

Oscar Flammini

 

   

 

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