LOS GOBIERNOS Y PUEBLOS DE AMÉRICA DEBEN RESPONDER UNIDOS Y
ENÉRGICAMENTE
Colombia ¿ La Israel de América del Sur?
Así como el Estado de Israel es la punta de lanza del
imperialismo en Medio Oriente para asegurar el predominio en
esa región rica en petróleo, pareciera que el mismo papel se
le está asignando en América del Sur al Estado Colombiano. Es
evidente que EE.UU. se está planteando una activa estrategia
para recuperar el control hegemónico en lo que considera su
“patio trasero” y las inmensas riquezas energéticas,
minerales, acuíferas, alimenticias que esta región alberga.
El acuerdo colombiano- estadounidense y las mentiras de Uribe
Luego de que el gobierno ecuatoriano hiciera publico la no
renovación del permiso para la permanencia en su territorio de
la base de Manta, el imperio inició conversaciones secretas
con el gobierno colombiano que preside ese nefasto personaje
vinculado al narcotráfico, Álvaro Uribe (gobierno que recibe
desde hace tiempo, la “ayuda” económica mas importante en
América y segunda en el mundo, otorgada por el imperio).
Tras varias rondas de conversaciones, culminó con el acuerdo
colombiano estadounidense para el uso de 7 bases aéreas y
marítimas en Colombia, por parte de EE.UU. (vale aclarar que
en principio el pentágono tenía como objetivo el uso de 2
bases pero Uribe ofreció 5 mas).
Este personaje que hace pocos días recorrió varios países de
América, entre ellos la Argentina, “explicando” los alcances
de los acuerdos, utilizó como es costumbre en él, el engaño y
la mentira (todos sus argumentos y justificaciones son una
verdadera falacia)
1-
Aseguró que no son bases norteamericanas sino que en realidad
el mando seguía siendo de los colombianos (lo que suscitó la
ironía de nuestra Presidenta que le manifestó que era
increíble que un coronel Fernández pudiera darle órdenes a un
coronel Johnson)
2-
Que esta presencia yanqui en suelo colombiano era una ayuda
para la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico (resulta
increíble que el país de mayor consumo de drogas en el mundo y
un gobierno vinculado al narcotráfico sean los custodios de
este flagelo, es como poner al zorro a cuidar las gallinas).
3-
Que las fuerzas norteamericanas solo actuarán en territorio
colombiano (Para muestra solo un botón: cuando aún este
acuerdo ni existía militares colombianos y estadounidenses
violaron la soberanía territorial ecuatoriana)
Justa preocupación de los vecinos de Colombia
Los países vecinos temen, con razón, la capacidad operativa de
EE.UU. fuera de Colombia. Los recelos de los vecinos, que no
se reducen a los reclamos de Venezuela, sino que preocupan a
Ecuador y al propio Brasil (todos presumen la previsible
“extraterritorialidad” de la intervención estadounidense tanto
desde el punto de vista operativo, como de inteligencia), se
fundan en hechos objetivos, por ejemplo: la aseveración de que
los militares norteamericanos solo operarán en el interior de
Colombia, no se compadece con la ubicación prevista en las
bases, de aviones AWACS los que pueden sobrevolar
varios países del continente sin ser detectados por radares;
tampoco es casual que haya una inversión millonaria para
acondicionar la base de Palanquero para el uso de los C17
gigantes destinados al transporte masivo de tropas.
El otro hecho preocupante es la inmunidad de la que gozará el
personal civil y militar de EE.UU. que se equipara en este
acuerdo al de una Embajada (la experiencia en la base de Manta
en Ecuador, fue que se registraron 300 delitos entre robos,
asesinatos y violaciones cometidos por el personal de EE.UU.
allí acantonados).
A todo lo expuesto hay que agregar que esta avanzada militar
va acompañada con la nueva ofensiva “diplomática” hacia el Sur
del continente confiada a la Sra. Hillary Clinton que sigue
manteniendo a todos los “virreyes de EE.UU.” en América Latina
que designó el asesino Bush (todos ellos fundamentalistas de
la “guerra preventiva”). Tal vez a muchos pueda no gustarle y
otros tantos cierren los ojos para eludir la realidad, pero en
verdad tal como dijo el presidente Chavez: “soplan vientos
de guerra en nuestro continente” y sin duda no por
nuestra responsabilidad.
No confundir “causas” con “motivos”.
Las “causas” de las guerras han sido siempre la disputa
por el reparto del mundo entre las grandes potencias, en ellas
subyacen el interés por el poder económico político y militar.
Los “motivos” son si se quiere la justificación o el
hecho circunstancial que las dispara (las armas de destrucción
masiva en Irak, jamás encontradas; la búsqueda de Been Laden
en Afganistán, etc..etc..) como dijo Eduardo Galeano: “si en
vez de petróleo en Irak se cultivaban rabanitos seguramente no
hubiese sido importante invadirlo.
Por lo tanto sería un grueso error de nuestra parte hacernos
ilusiones o confiar en la ayuda divina. En América del Sur hay
riquezas vitales que el imperialismo no va a renunciar
voluntariamente a apropiarse de ellas, esa es la lógica del
imperialismo, sino no sería imperialismo. No debemos olvidar
que vivimos en tiempos de crisis energética, alimenticia,
ecológica, financiera y económica, y seguramente quienes
tienen la fuerza y siempre han hecho uso de ella no serán
quienes paguen la crisis primero, ni en forma igualitaria; así
que de su parte sabemos desde ya cuales van a ser sus
intensiones y las llevarán a cabo sin dudas por las “buenas o
por las otras” (diplomacia, simpatías, engaños, presiones,
desestabilización de gobiernos no sumisos, fuerza, etc..)
Honduras es una prueba.
Nosotros ¿Qué deberíamos hacer?
El 28 de Agosto se reúne el UNASUR en Bariloche a
propuesta de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el
presidente Correa de Ecuador. Es necesario que los gobiernos y
los pueblos de América del Sur tengamos una actitud firme y
unida, sino afrontamos el problema desde el principio y
decididamente, mas tarde o mas temprano lo vamos a tener que
afrontar. La experiencia enseña que los problemas que no se
abordan a tiempo a posterior son mas dolorosos y costosos para
los pueblos, es necesario equilibrio y diplomacia, pero
también unidad, voluntad, decisión y dignidad.
Si los dejamos avanzar nos esperan días difíciles para nuestro
continente.
Oscar Flammini