Regulaciones para una injusticia.
¿QUÉ PERSIGUE LA CASA BLANCA CON SUS CACAREADAS MEDIDAS CONTRA CUBA?
17 de
junio de 2004.
Tal como se
había anunciado, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del
Departamento de Tesoro (OFAC) dio a conocer un conjunto de regulaciones
para limitar los viajes, estancias y envío de remesas monetarias a Cuba,
fruto de la estrategia anticubana de la ultraderecha norteamericana en
el poder y de sus alianzas con la mafia cubano americana de Miami. Este
conjunto de medidas, emanadas de las recomendaciones dadas a conocer en
mayo último por la “Comisión de Asistencia para una Cuba Libre”,
representan una infame maniobra con fines electoreros por parte de
George W. Bush, dirigidas a afectar particularmente al pueblo cubano
sobre la base del arreciamiento del criminal bloqueo contra la Isla.
Otras
víctimas, sin embargo, se aprecian como resultado de la aplicación de
estas medidas: en primer lugar, los miles de cubano americanos
residentes en Estados Unidos, quienes se ven imposibilitados de enviar
ayuda monetaria a sus familiares en Cuba o de visitarlos cuando sea
necesario; en segundo lugar, son afectados miles de ciudadanos
norteamericanos que ven violados sus derechos constitucionales de viajar
libremente a donde consideren y de entablar abierto contacto con otros
pueblos. Por supuesto, víctimas son también la ciencia, el deporte y la
cultura, como resultado del tácito congelamiento de los intercambios
entre los cubanos y norteamericanos.
Basta
examinar las medidas anticonstitucionales y fascistoides de la
administración Bush, para tener plena conciencia de su carácter
reaccionario e inhumano.
1.- Sólo podrán viajar a Cuba, una vez cada tres
años y por no más de 14 días, los residentes en Estados Unidos que
tengan familiares directos en las Isla.
Esta primer
medida presupone la exclusión de todo aquel residente en EE UU que desee
viajar a la Isla a partir de su legítimo derecho de conocer otro país,
vacacionar en él o relacionarse con la vida cultural u otros valores
sobresalientes de los cubanos. ¿Qué precepto constitucional faculta a la
Casa Blanca a pisotear tan sagrado derecho de sus ciudadanos? ¿Qué
dirían los Padres Fundadores de los Estados Unidos ante tamaña tropelía?
Igualmente,
se excluyen aquellos cubanos residentes en EE UU quienes deseen visitar
a familiares que no sean padres, hijos, esposos, hermanos y abuelos. De
acuerdo con ello, visitar a un primo, tío, sobrino o amigos, resulta
prohibitivo para los cubanoamericanos, atentándose contra el normal
desarrollo de las relaciones familiares. Ante tan criminal
discriminación, cabría preguntarse, pues: ¿Quién le dio el derecho a
Bush a fraccionar el sagrado concepto de la familia, avalado por la
propia Constitución Norteamericana?
Sin embargo,
a pesar del carácter exclusivo y fragmentario del concepto familia, el
crimen no queda sólo en eso. El hecho de limitar las visitas a sólo una
cada tres años es aún más monstruoso. ¿Qué sucedería con los
cubanoamericanos que hayan visitado la Isla en una ocasión y luego
reciben la noticia de que una enfermedad terminal afecta a uno de sus
seres queridos? Sin lugar a dudas, se verían dolorosamente privados de
acompañar a su familia en esas horas difíciles o de dar el último adiós
al padre, madre, hermano o hijo amados. La crueldad, entonces, ha sido
santificada por obra y gracia del odio irracional a los cubanos de la
Isla.
De la misma
manera, esta medida limita la estancia a sólo 14 días, luego de tres
largos años de separación. ¿Qué sucedería con aquel cubanoamericano que,
durante su visita a la Isla enfermara gravemente y se viera
imposibilitado de regresar en ese término? De la misma manera, ¿qué
ocurriría si usted visita a un familiar residente en Cuba que se
encuentra gravemente enfermo y necesita de su presencia a su lado siendo
usted residente en Estados Unidos? Como puede apreciarse, la limitación
de la estancia a sólo 14 días constituye una flagrante violación de
derechos humanos y crea las condiciones para sancionar a todo aquel que,
por circunstancias de fuerza mayor, requiera más tiempo de estancia
durante su visita.
2.- Cada viajero podrá llevar consigo el dinero
correspondiente a 50 USD diarios y otros 50 USD para pagar, por una vez,
su transportación si debe trasladarse al interior del país.
Obviamente,
si el viajero permanecerá sólo 14 días durante su visita a Cuba, sólo
podrá disponer de 700 USD para gastos personales, lo que resulta
realmente insuficiente. De la misma manera, con esta medida se
imposibilita que el visitante realice gastos para mejorar las
condiciones de vida de sus familiares en Cuba, como comprarles un efecto
eléctrico necesario como es el caso de un refrigerador u otros. Para
realizarlo, tendría que abstenerse de realizar gasto alguno durante su
estancia.
Como puede
apreciarse, con esta medida no se castiga a Cuba, sino al propio
visitante que se ve imposibilitado de mejorar las condiciones de vida de
sus familiares residentes en la Isla.
3.- Se prohibe a los viajeros la importación de
cualquier producto adquirido en la Isla, exceptuando material
informativo.
En
correspondencia con esta medida, los visitantes no podrán llevar
recuerdos de su estancia, ni artesanías cubanas, ron, cigarrillos o
tabacos. Es, sin lugar a dudas, una forma descarada de evitar que los
viajeros puedan regalar artículos cubanos a sus amigos y familiares en
los Estados Unidos, así como una forma de profundizar el bloqueo contra
la Isla.
4.- Cada viajero sólo podrá llevar 44 libras de
equipaje.
De acuerdo
con esta medida, el visitante se verá imposibilitado de traer a Cuba
regalos en la cantidad mínima requerida para contribuir a resolver
necesidades de vestir y calzar a sus familiares. De la misma forma,
deberá limitar la cantidad de medicinas a transportar para Cuba,
colocándose en la penosa disyuntiva de tener que priorizar entre
medicamentos y otros artículos necesarios para su familia.
5.- Todas las licencias otorgadas a personas que
solicitaron viajar a Cuba, expiran el 30 de junio.
Esta
constituye, sin lugar a dudas, la más preocupante de las medidas desde
el punto de vista inmediato, ya que la revocación de las licencias
otorgadas para viajar a Cuba puede afectar a todos aquellos que se
encuentran de visita en Cuba en estos momentos o viajen antes del 30 de
junio, debiendo regresar antes del día 29. Por su parte, los que ya
contaban con dicha licencia específica o general para viajar a Cuba en
los próximos días, deben cancelar sus viajes ya planificados y solicitar
las licencias para viajar a tenor con las nuevas normas implementadas.
6.- Se mantiene el envío de remesas familiares no
superiores a 100 USD mensuales y destinadas a familiares directos
(padres, esposos, hijos, hermanos y abuelos), exceptuando a personas
vinculadas al gobierno cubano.
La excepción
del envío de remesas monetarias abarca a una diversidad de funcionarios
cubanos entre los que se incluyen:
¨
Miembros del Buró Político, del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba, dirigentes partidistas en los niveles
provinciales y municipales, incluyendo jefes de departamentos del Comité
Central y sus funcionarios; así como dirigentes dentro del gobierno
cubano. En este último caso se incluyen ministros, vice ministros,
funcionarios de las Asambleas del Poder Popular en sus diferentes
instancias, así como dirigentes partidistas y de los Comités de Defensa
de la Revolución a instancias locales.
¨
Miembros del Ministerio del Interior y de las
Fuerzas Armadas.
¨
Dirigentes y funcionarios de la Central de
Trabajadores de Cuba y líderes sindicales de reconocida trayectoria
revolucionaria en los niveles nacional y provincial.
¨
Directores, editores y otros dirigentes de los
medios oficiales de prensa, radio y televisión.
7.-
Cancelación de la licencia general que permite a
académicos y profesionales norteamericanos para viajar a Cuba con vistas
a realizar investigaciones o participar en eventos. A partir del 30 de
junio sólo podrán venir a Cuba empleando una licencia específica
expedida por la OFAC.
Esta medida
será usada, indudablemente, para afectar los intercambios científicos,
culturales y deportivos entre ambos países, supeditándolos a los
intereses oficiales del gobierno norteamericano. Resulta, sin lugar a
dudas, u n atentado directo contra la ciencia, la cultura y el deporte.
8.-
Limitación de los viajes de estudiantes a nivel de college y
universitario, con la condicional de que se haga autorizado por una
licencia especial y en un término no mayor de un año.
Esta
limitación excluye a aquellos trabajadores de centros académicos que no
laboran a tiempo completo. De la misma manera, supedita dichos viajes a
la conveniencia del gobierno norteamericano.
9.- Eliminación de aquellos viajes realizados por
residentes en Estados Unidos cuyos gastos fuesen pagados por Cuba,
incluyendo sus instituciones oficiales, así como instituciones de otros
países.
Esta medida
afecta de la misma forma a los intercambios culturales, científicos y
deportivos en los que deban participar ciudadanos o residentes en
Estados Unidos, con independencia de que estos gastos fuesen pagados por
instituciones o entidades de terceros países.
10.-
Prohibición de viajar hacia Cuba por terceros países, sea por medio de
líneas aéreas o por medios propios, y cuyo viaje reporte algún beneficio
al gobierno cubano.
Esta medida
se aplica a todos aquellos residentes en Estados Unidos, a los que se ha
amenazado con fuertes represalias que incluyen penas de cárcel y
elevadas multas. Se ha llegado al extremo de montar dispositivos
persecutorios contra aquellos que se dediquen a traer dinero o paquetes
a Cuba, estimulando a personas con recompensas si los delatan y ponen en
conocimiento de las autoridades norteamericanas.
El carácter
anticonstitucional y retrógrado de estas medidas implementadas por la
OFAC ha disgustado a la mayoría de la comunidad cubano americana
residente en Estados Unidos. Sin embargo, recibieron el apoyo del grupo
de intolerantes de Miami, los que las han visto como un medio para
acabar con la Revolución. Haciendo caso omiso de las penurias que puedan
provocar en gran parte del pueblo cubano, la extrema derecha
contrarrevolucionaria declaró su apoyo inmediato a las mismas.
La “loba
feroz”, Ileana Ros-Lethinen, se identificó rápidamente con la criminal
maniobra. Haciendo gala de un incontrolable regocijo, declaró: “Me
complace que la administración y el Departamento de Estado estén
implementando estas medidas (…) Le doy las gracias al Presidente por su
liderazgo en asegurar que la democracia y la libertad estén más cerca
que nunca para Cuba”.
Como para no
quedarse atrás de las declaraciones de su consorte de intolerancia y
odio hacia Cuba, Lincoln Díaz Balart se apresuró a declarar su alborozo
ante tan injustas medidas: “El presidente George W. Bush es el mejor
amigo que la causa de la libertad de Cuba ha tenido en la Casa Blanca.
Le agradezco al presidente Bush la implementación de estas regulaciones
que fortalecen de forma importante el embargo contra la tiranía cubana”.
Otras voces
cargadas de odio e intolerancia aplaudieron las medidas anticubanas. La
Coalición de Funcionarios Hispanos Republicanos Electos y Unidos para
Promover una Cuba Libre y Democrática decidió enviar una carta a Bush
felicitándolo por su ``compromiso a favor de la libertad y la democracia
en Cuba''. Pasándole la mano a Bush por sus ataques reiterados en otros
momentos, Marcos Rubio, representante estatal republicano, declaró: ''Si
el pasado año firmamos una carta manifestándole las inquietudes de la
comunidad sobre la política estadounidense hacia el régimen de Fidel
Castro, lo más justo es reconocer el esfuerzo presidencial en enfocar el
tema cubano con un plan de recomendaciones serias y concretas''.
De la misma
forma, diversos voceros del autotitulado exilio apoyaron las medidas
anticonstitucionales y anti familiares, destacándose entre ellas las de
Ninoska Pérez Castellón y Luis Zúñiga Rey por el Consejo por la Libertad
de Cuba, un execrable nido de terroristas. En este infausto papel se
destacaron representantes de la Brigada 2506, de Comandos F4, Hermanos
al Rescate y de otros grupos terroristas.
A pesar de
que estas medidas afectarán directamente al pueblo cubano, éste no se
someterá a las ilusas pretensiones de rendirlo por hambre. Su capacidad
de resistencia, de la que ha hecho gala en muchas ocasiones, se pondrá a
prueba nuevamente y sabrá salir airoso de la amenaza. Su fe en la
Revolución no puede ser destruida con medidas infames de este tipo, ni
con amenazas o presiones.

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