DAL NS. AGENTE ALL'AVANA

 

 

Dan Fisk y la intolerancia norteamericana contra Cuba

 

18 de octubre de 2004

 

Dan Fisk, ex miembro de la  reaccionaria Fundación Heritage y antiguo ayudante del ultraconservador Jesse Helms, llevado al Departamento de Estado norteamericano por Otto Reich, ha capitaneado por  estos días los más agresivos ataques contra Cuba. Con su acostumbrado afán de protagonismo, rayano a veces en la fantochería,  apareció últimamente en escena como encargado de coquetear con los grupos terroristas de Miami y garantizarle sus votos  a  George W. Bush, su patrono de la Casa Blanca.

Aludiendo a una falsa hostilidad de Cuba hacia Estados Unidos, cuando la realidad demuestra lo contrario, hizo declaraciones al libelo de la mafia, el Nuevo Herald, en las que acusa a la Isla de presionar a los empresarios norteamericanos que comercian con ésta a apoyar su lucha contra el bloqueo estadounidense. “No tengo ninguna duda al respecto”, declaró.

La bufonada de Fisk llega al extremo de acusar a la empresa cubana Alimport de adjuntar una cláusula a sus socios comerciales  norteamericanos, mediante la cual “estos se comprometen a presionar en el Congreso para lograr la flexibilización del embargo”. No cabe dudas, por supuesto, que esta infamia está dirigida a enfrentar el creciente interés de los empresarios norteamericanos por comerciar con Cuba.  A Fisk debe disgustarle el hecho, por ejemplo, que Cuba se haya convertido en el segundo principal importador de arroz de grano largo procedente de Estados Unidos. De la misma manera, le debe doler el reconocer que las compras cubanas de productos agrícolas norteamericanos hayan aumentado de 4,4 millones de dólares en el 2001 hasta 343,9 millones en el 2003. Cada día, pues, aumenta el interés por comerciar con Cuba, quien ha demostrado ser un mercado serio y seguro.

Por esos mismos días, el pasado 9 de octubre, Fisk participó en un encuentro con miembros de la Asociación Cubano – Americana, en Miami. En su condición de Vicesecretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Dan Fisk explicó a los oyentes los componentes claves de la estrategia anticubana de la Casa Blanca. Con un claro propósito electorero, buscando complacer a la ultraderecha miamense, Fisk expresó: “Para impulsar la libertad de Cuba, Estados Unidos sigue un enfoque abarcador que incluye mayor apoyo a la oposición  política cubana y limitar los recursos de que dispone el régimen de Castro”.

Los componentes de esta estrategia anticubana, alabados por Fisk y contenidos en su gran mayoría en las recomendaciones de la injerencista Comisión de Ayuda a una Cuba Libre (CAFC),  son:

1)       Apoyo al desarrollo de la sociedad civil en Cuba, entiéndase contrarrevolución interna. Como parte de este financiamiento, la Casa Blanca ha desembolsado ya, según Fisk, 14 millones de dólares de los 29 propuestos como ayuda adicional.

2)       Promoción de más apoyo  internacional a la sociedad civil cubana. Conocida es la profundización de la campaña aislacionista y difamatoria contra Cuba, capitaneada por Estados Unidos y sus acólitos de la Unión Europea, y  encaminada a financiar, abastecer y organizar a la quinta columna contrarrevolucionaria dentro de la Isla. Mediante falsas acusaciones, falacias de todo tipo y aborrecibles presiones a otros gobiernos, la Casa Blanca centró sus ataques contra Cuba en Ginebra y en otros foros internacionales.

3)       Empleo de un avión C – 130, conocido como Comando Solo, para garantizar las transmisiones de Radio  y TV Martí. Empleadas para llamar a la desobediencia civil, cargadas de llamados contrarrevolucionarios y con el claro propósito de fomentar desórdenes mediante mentiras, estos medios pretenden ser convertidos en parte de la estrategia contrarrevolucionaria de los EE UU contra Cuba.

4)       “Identificar y limitar las corrientes de ingresos del régimen de Castro”. Según Fisk, para lograr este propósito, “Estados Unidos ha eliminado el concepto de viajes por invitación del gobierno cubano, ha limitado los viajes educativos y ha reducido el tráfico de naves de recreo estadounidenses en la Marina Hemingway”. Esta estrategia, encaminada a atentar contra los intercambios culturales, deportivos y científico – técnicos entre los pueblos cubano y norteamericano, cobra aún más ignominia cuando, pretendiendo aherrojar al gobierno cubano, se afectan los contactos familiares entre los cubanos al “hacer más estricta, según Fisk, la política sobre remesas, encomiendas de regalo y viajes familiares a la Isla”. Para este alabardero de la Casa Blanca, Cuba dejará de ingresar 375 millones de dólares como resultado de estas restricciones.

5)       “Estados Unidos trabaja también para socavar la estrategia sucesoria del régimen y bregar con una transición posterior a Castro”, dijo Fisk. Para todo el mundo es conocido cómo el gobierno norteamericano ha implementado casi 700 planes de atentado contra Fidel Castro, valiéndose de sus terroristas miamenses, para acabar con la Revolución Cubana. A la par, promoviendo a oportunistas como figuras de una supuesta disidencia, tratan de vender sus falsas y ridículas imágenes al mundo como futuros líderes en una época pos Castro. También, desenterrando los más oscuros designios plattistas, se arrogan el derecho de decidir quiénes y como se gobernará a Cuba en el futuro cuando falte Fidel. Ese derecho, parece haberlo olvidado el señor Fisk, corresponde sólo al pueblo cubano, apostador mayoritario por su independencia y el socialismo.

Para culminar su perorata, haciendo un alarde de intolerancia capaz de emular con la de su tonto presidente, Fisk declaró: “Rechazamos de antemano la idea de que levantar las restricciones a los viajes y el comercio con Cuba y, en particular, abrir el turismo a Cuba, sea la respuesta. Creemos que la mejor manera de alentar una transición rápida a la democracia en Cuba es cerrar las arterias vitales de la economía del régimen de Castro y ayudar al desarrollo de una creciente sociedad civil en Cuba”. Está claro, digo yo, que el señor Fisk se equivoca nuevamente. Cuba resistirá como lo ha hecho durante más de cuatro décadas y es capaz de hacerlo a pesar de cualquier restricción que se le imponga. Además, la única sociedad civil en Cuba ya existe y es la abanderada del socialismo y de la resistencia revolucionaria.
 

 

 

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