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No somos limosneros, señor Bush.
LA AYUDA HUMANITARIA DE EE UU OFRECIDA
LUEGO DEL PASO DEL CICLON CHARLEY POR TIERRA CUBANA.
17 de
agosto de 2004
De acuerdo con una declaración de Adam Ereli, Vice
portavoz para la Ayuda Humanitaria de los Estados Unidos, ofrecida el
pasado 13 de agosto, “Estados Unidos lamenta los daños causados por el
huracán Charley (en Cuba) y expresa su solidaridad con el pueblo
cubano.”
Más adelante, señala, con desparpajo e hipocresía:
“El pueblo cubano puede contar con el apoyo de Estados Unidos en estos
momentos difíciles. Estamos trabajando para ayudar al pueblo cubano en
la crisis humanitaria que hoy enfrenta.” Parece ser, sin lugar a dudas,
que este señor se olvidó que su propio gobierno ha contribuido de manera
descarada e insensible a mantener durante cuatro décadas un criminal
bloqueo contra Cuba, fuente principal de los principales problemas
económicos y sociales enfrentados por la sociedad cubana en este tiempo.
Olvida también, que las propias administraciones norteamericanas se
encargaron de promover innumerables hechos terroristas que provocaron no
sólo miles de muertos y heridos entre los cubanos, sino también
cuantiosos daños materiales.
Por si fuera
poco, Adam Ereli explicó que la Sección de Intereses de Estados Unidos
será la encargada de proveer de inmediato la irrisoria cantidad de
50.000 dólares en fondos estadounidenses para atender las necesidades
humanitarias del pueblo cubano. Toda ayuda, desde luego, podría ser
aceptada por los cubanos cuando viene de corazones solidarios y
desinteresados. Así ha sido recibida, incluso de los Estados Unidos,
cuando cientos de amigos la han ofrecido a través de las Caravanas de
los Pastores Por la Paz”. Sin embargo, la migaja ofrecida por Estados
Unidos mueve a la risa y levanta en este escritor la sospecha de que
ella es una burla al dolor y a la difícil situación que padecen hoy los
cubanos.
Los daños
materiales sufridos por los cubanos, menos dolorosos que las cuatro
víctimas ocasionadas por el ciclón Charley, han sido incalculables. No
obstante, el pueblo de Maceo, Martí y Fidel, es capaz de resistir este
nuevo embate y salir adelante, sin necesidad de migajas que en vez de
admirarse generan ofensas.
Al finalizar
la declaración, Ereli no deja de destilar veneno cuando expresa que
“Estados Unidos insta al gobierno de Cuba a que facilite la provisión de
esta ayuda directamente al pueblo cubano.”
El colmo de
la obcecada intransigencia del gobierno de George W Bush contra Cuba se
puso de manifiesto cuando una organización terrorista radicada en Miami,
el Movimiento Democracia, movida más por ansias de protagonismo
político que por interés humanitario, pidió a la Casa Blanca una
''excepción de emergencia'' de 30 a 60 días en cuanto a las sanciones
que restringen actualmente a las remesas, a los viajes, a los envíos de
paquetes y al volumen de equipaje de los viajeros hacia Cuba desde
Estados Unidos. Sin demora, la funcionaria de la Casa Blanca, María
Tamburri, declaró: ''Nuestra política de rechazo al régimen totalitario
no impide la asistencia humanitaria al pueblo de Cuba''. Sin embargo, la
funcionaria dijo ayer no tener información sobre el asunto, pero
ratificó la política estadounidense hacia la isla. Es decir, para Cuba
sólo se enviarán las migajas que ha decidido la Casa Blanca y alguna
otra enviada por organizaciones vinculadas a la mafia de Miami y que se
subordinará a sus oscuros intereses políticos.
El propio
Ramón Saúl Sánchez, jefe terrorista del Movimiento Democracia, no se
tragó la píldora. Se apresuró a declarar insuficiente la irrisoria ayuda
en correspondencia con la magnitud de los destrozos sucedidos en Cuba e
instó a otros grupos del “exilio” a sumarse a su propuesta. Lo absurdo
de todo esto es que otro terrorista y su grupo, José Basulto, se sumaron
a la proposición de Sánchez. ¿Creerán estos señores que el desespero de
los cubanos les permitirá recibir ayuda en esta contingencia de los
mismos que durante décadas los han agredido y asesinado? Está claro que
ni el Movimiento Democracia, ni Hermanos al Rescate se han apenado ni se
apenarán jamás por sus víctimas. Sin embargo, la propuesta ha servido,
al menos, para poner sobre el tapete la irracionalidad de las medidas
anticubanas de Bush y su pretendido humanitarismo hacia Cuba.
Como siempre,
acostumbrada al malabar político y a no comprometerse de modo directo
con respecto a la política hacia Cuba en una posición que no la
beneficie, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) declinó
pronunciarse sobre la propuesta de Sánchez ni sobre la irrisoria ayuda
ofrecida por Washington. El director ejecutivo de la misma, Joe García,
sólo se limitó a declarar: `”Estamos buscando información adecuada para
determinar nuestra respuesta''.
Sin embargo,
la jauría intolerante de extrema derecha agrupara dentro del Consejo por
la Libertad de Cuba (CLC), quienes apoyan incondicionalmente la línea
dura de la Casa Blanca con respecto a aumentar las restricciones a los
viajes y al envío de remesas a Cuba, enfrentó airadamente la propuesta
de Sánchez.
Este capítulo
de la pretendida ayuda norteamericana hacia Cuba en estos momentos de
difícil y complicada reconstrucción y reparación de los daños ocurridos
luego del paso de Charley, ha servido para demostrar que Estados Unidos
no se preocupa sinceramente por los cubanos y, en última instancia, sólo
podremos esperar de ellos “ayuda humanitaria” al estilo iraquí. Sólo
eso, si se lo permitimos. Bastaría decirle a Bush, con orgullo y
dignidad que este pueblo no es, ni será, un pueblo de limosneros.

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